Sentir cosas
que vienen sin avisar, sentir enojos, sentir amor, sentir bronca, sentirnos
solos, sentirnos inundados, sentirnos desesperar, sentirnos alegres,
sensaciones que se apoderan de nosotros, existen infinitas de ellas.
Es inevitable
sentir, es una de las cosas que los humanos no podemos dejar de lado, ni
hacernos los distraídos, ni escondernos de ello, ni mentir,
por que las
sensaciones si no son del todo asumidas y protagonistas se apoderan de nuestro
humor poniéndolo del mejor modo o del peor, son dueñas del cuerpo cuando no son
bien transmitidas o asumidas, y salen por oídos, bocas, ojos por donde quiera
que haya lugar para lucirse ellas están.
Son las
reynas del condado del corazón que es quien comanda nuestros cuerpitos con
ayuda de la cabeza, pero muy poca, ya que tiene mucho mas poder y tiene tanto
que hasta puede accionar sin ser visto, es mágico. Viene de las lejanías de
nosotros, de lo lejos lejos y de lo cerca cerca.
Quien pudiera
ser rey o reyna corazón, a quien no le gustaría! debe ser una bella
experiencia, pero sin embargo somos de sus discípulos preferidos, día a día nos
enseña sensaciones diferentes, algunas conocidas, tan conocidas que sabemos que
ahí ya estuvimos , si queremos cambiarla tenemos que aprender a corrernos de ese
lugar o ir por otro camino sin reincidir, sabemos que muchas veces en las sensaciones
el repetir el camino puede llevarnos a que se repita o cambie. Caminar con precaución
pero abiertos a que cualquiera tumbada puede hacernos colapsar los ojos o
cualquier abrazo puede hacernos saltar la sonrisa. No lo controlamos, solo
sentimos.
Somos de
esos buenos pasajeros que cualquier rey de corazón puede tener, sobre todo por
que somos fieles a el y no nos vamos de su lado, podemos hacernos los sordos
pero seguimos compartiendo el viaje junto a el.
Si haces
silencio lo vas a escuchar más clarito, si haces mas silencio lo vas a poder
observar y aun si haces mas silencio lo vas a poder sentir. Hacer caso a las
sensaciones muchas veces puede cambiarnos el día.
Días de
furia que pueden serlo, pero en silencio, sin enojarnos con el otro, sin
culpables al azar, sin gritos
desesperados, días de furia que sean solo la sensación y se vayan cuando esta
pueda ser escuchada y percibida por uno,
Días de alegría,
que se sientan y escuchen aun en los silencios mas claros, en los momentos de
pausa ,que estén aun funcionando, días de alegría que puedan ser canalizados y
recibidos como una verdadera bendición para cada uno.
Las sensaciones
son eso extraño que sentimos cuando no esperamos sentir y son eso maravilloso
que sentimos cuando nos dejamos ser.
