miércoles, 27 de agosto de 2014

Tan pequeña y tan dulce

Cuanta agua caía aquella mañana sobre la casa, todos comenzamos a trabajar para no ahogarnos, a los mas pequeños los ubicamos en un lugar en el que estén a salvo, se encontraban cerca mío , y los mas adultos laboriosos trabajaban con el agua; la comunidad estaba conmovida, no hubo nunca un verano con tanta agua, no nos beneficiaba.
En ese momento, en el momento en el que el agua paro, apareció él, e inmediatamente lo felicite por su labor.

-          felicitaciones ha logrado que el sol se haga presente, paro el agua.
-          Es mi trabajo… precisa algo?
-          No, esta bien… trate de sacar a los pequeños y comiencen a trabajar.

Cuando se fue no pude evitar sentir admiración, quería que él sea mi rey, pero en comunidades como estas el rey no existe, no hay tiempo para reyes.
Proseguí con mi trabajo y arme los diferentes grupos de trabajo y fue en ese momento cuando una miga de galleta dulce entró por mi puerta, venia acompañada de sol y una fuerte ráfaga de Fresia, la tome y comencé a comerla, era dulce, tan dulce que solo imaginaba el dulce de leche con el que había sido elaborada.
Llegando la noche se acerco el grupo de trabajo que tomaría ese turno y me acercaron dos midas de aquella dulce galleta. Sin dudarlo supe que el, mi no rey los mandaba.
Esa noche el agua volvió a llegar, había tanta que quede inmóvil en mi trono, confiaba en él, en que una vez más lograría sacar al sol a la luz, sabia que su cuerpo resistiría.
Y una vez mas el sol salio…  

Y lo vi entrar.

-          Su majestad precisa algo?
-          No, agradezco tu gesto y agradezco que nuevamente hayas salvado a la comunidad.

Se retiro y a pesar de mi oscuro color de piel, me sentí sonrojar.
El próximo verano quizás ya no tendremos agua y quizás ya no lo vea. Cerré mis grandes ojos por 5 segundos y desperté sonriendo y fue en ese momento en que 3 migas dulces se hicieron presentes.
Otra noche mas con agua, los pequeños no sobrevivieron y él, él no llega. El sol salio y sabíamos que era la ultima oleada de agua.
Él no llego y 4 migas dulces entraron nuevamente, después del agua el viento era tan fuerte que animaba a cualquier miga a ser mi rey.