Cuanta agua caía
aquella mañana sobre la casa, todos comenzamos a trabajar para no ahogarnos, a
los mas pequeños los ubicamos en un lugar en el que estén a salvo, se
encontraban cerca mío , y los mas adultos laboriosos trabajaban con el agua; la
comunidad estaba conmovida, no hubo nunca un verano con tanta agua, no nos
beneficiaba.
En ese momento, en
el momento en el que el agua paro, apareció él, e inmediatamente lo felicite
por su labor.
-
felicitaciones ha logrado que el sol se haga presente,
paro el agua.
-
Es mi trabajo… precisa algo?
-
No, esta bien… trate de sacar a los pequeños y
comiencen a trabajar.
Cuando se fue no
pude evitar sentir admiración, quería que él sea mi rey, pero en comunidades
como estas el rey no existe, no hay tiempo para reyes.
Proseguí con mi
trabajo y arme los diferentes grupos de trabajo y fue en ese momento cuando una
miga de galleta dulce entró por mi puerta, venia acompañada de sol y una fuerte
ráfaga de Fresia, la tome y comencé a comerla, era dulce, tan dulce que solo
imaginaba el dulce de leche con el que había sido elaborada.
Llegando la noche
se acerco el grupo de trabajo que tomaría ese turno y me acercaron dos midas de
aquella dulce galleta. Sin dudarlo supe que el, mi no rey los mandaba.
Esa noche el agua volvió
a llegar, había tanta que quede inmóvil en mi trono, confiaba en él, en que una
vez más lograría sacar al sol a la luz, sabia que su cuerpo resistiría.
Y una vez mas el
sol salio…
Y lo vi entrar.
-
Su majestad precisa algo?
-
No, agradezco tu gesto y agradezco que nuevamente
hayas salvado a la comunidad.
Se retiro y a
pesar de mi oscuro color de piel, me sentí sonrojar.
El próximo verano
quizás ya no tendremos agua y quizás ya no lo vea. Cerré mis grandes ojos por 5
segundos y desperté sonriendo y fue en ese momento en que 3 migas dulces se
hicieron presentes.
Otra noche mas con
agua, los pequeños no sobrevivieron y él, él no llega. El sol salio y sabíamos
que era la ultima oleada de agua.
Él no llego y 4
migas dulces entraron nuevamente, después del agua el viento era tan fuerte que
animaba a cualquier miga a ser mi rey.
