miércoles, 23 de diciembre de 2015

El puente que cambio al MUNDO



Era una de las mañanas más lindas para algunos de los ciudadanos de Tirika, esa tierra era afortunada. Recibía el sol abundante cada día y la lluvia necesaria cada semana. Quienes Vivian allí solían sonreír cada mañana, sin embargo algunos problemas se hacían presentes en la vida de estos ciudadanos.
Esa misma mañana Sini estaba dolorido, sentía que su trabajo era abrumador, que lo agotaba, su cabeza dolía a diario, cuestionándose porque seguía en ese lugar, aun sabiendo que era capaz de estar en otro trabajo que le genere bienestar, que lo alegre cada día y que se sienta útil de ayudar a alguien. Sini era un joven apuesto, sin embargo no lograba encontrar el amor, sentía que cada encuentro con alguien se tornaba agotador, su vida para él era agotadora. No quería salir con sus amigos, no visitaba a su familia, y jamás contestaba a los mensajes de la gente que lo quería. No tenia mascota porque odiaba comprometerse, le molestaba que alguien esperase a diario algo de él, algo que aun no podía darse a si mismo. No respetaba sus comidas y tampoco sus horarios. Sin embargo Sini tenía debilidad por alguien, su primo menor: Campho, el pequeño tenía 4 años de edad, y era su único primo. Este niño lo llenaba, le llenaba la cara de esperanza y alegría cuando lo veía, así es que él era la única persona a la que Sini veía una vez por semana. Todos los sábados lo buscaba para llevarlo a un lugar al que nunca habían ido. Siempre era una sorpresa, a veces elegía Sini y a veces Campho.

Llegado el mediodía Sini estaba pasando a buscar a su primo, iba pensando que lugar seria hoy al que Irian. Pensaba en algunas calesitas que no conocían y eran de las más grandes de la ciudad, pensaba en ir hacia alguna playa desconocida o quizás sentarse en algún banco en el cual nunca se habían sentado.
Al llegar a la casa de Campho, Sini interrogo al pequeño, para definir el lugar al que Irian. Campho respondió:

-          Hoy iremos a un lugar al que nunca hemos ido, como siempre. Pero será conocido.
-          Campho tiene que ser un lugar desconocido también.
-          Ya veras!

Campho tomo a su primo de la mano, y lo hizo caminar muchas cuadras, tantas que perdieron la cuenta. Hasta que llegaron y le dijo que se prepare que no se olvidaría jamás de ese lugar, que él había ido con sus maestras de jardín.

-          Sini la historia es así, este es un lugar conocido, pero particular y al que nunca hemos venido o no creyendo en lo que te voy a contar. Como veras es un puente. Y dicen que es el puente que cambio al mundo, o al menos a nuestra ciudad. Es el puente que todos los días miramos y pasamos pero sin esperanza.
-          Campho es el puente que cruzas todos los días para ir al jardín!
-          Si, es el mismo puente. Pero es el puente que nos desimanta. Quiero contarte que ellas, mis maestras, nos enseñaron un juego una vez. El juego de los puentes que cambian el mundo. Entre todos hicimos un gran puente, agarrados de las manos y alguien pasaba por debajo pensando en todo lo que quería dejar atrás. Algo así como desimantarnos dijeron.
-          Y que dejaste atrás de ese puente al que jugaste?
-          Deje mis enojos, mis caprichos, deje mi chupete – no se lo digas a nadie- , deje el dolor de mi lastimadura del tobogán. Dejamos cosas Sini, algunos dejaron juguetes para algún niño que cruce. Algunos dejaron canciones. La seño dejo su divorcio, que no se que es eso, pero lo dejo. Y bueno Sini yo quería que conozcas este lugar, porque cuando venís a casa te noto cansado, y eso me pone triste.

Sini tomo a Campho de su mano y entusiasmado comenzó a caminar.

-          Crucemos Campho y te cuento que dejo: Dejo el cansancio, dejo mi comodidad, dejo mi falta de comunicación, dejo mi trabajo, siii dejo mi trabajo! , y dejo abrazos asi los reciben los que pasen!
-          ¿Viste que era un lugar al que nunca habíamos venido?

Y Sini y Campho cruzaron contentos el puente, ese puente que un día en un juego de jardín sus maestras le habían enseñado al niño de tan solo 4 años. Ese juego que fue lo suficientemente importante para que Campho ayude a su primo a desprenderse a desimantarse a dejar lo lindo, lo feo, lo cómodo, lo que lo aferraba a los techos, lo que lo aferraba a lo igual y lo que lo acercaba a lo desconocido.



El puente que cambio al mundo es ese que estas dispuesto a cruzar todos los días… 

martes, 8 de diciembre de 2015

L E O N A - T O R M E N T A

-          Esta lloviendo, cerra la ventana a Leona la asusta!  - Menciono la madre de Leona.
-          Ya esta grande! – susurro su padre


Leona solía temerle a las tormentas, solía esconderse bajo su cama y esperar a que terminen, sin mirar por la ventana, sin mojarse jamás el rostro.

-          Leona, Leona, despierta!! 
-          ¿Quién sos??
-          Leona ya te olvidaste de mi, soy Lucesita. La luz que se enciende cuando no miras los programas de televisión!
-          Ahhhh. Sos vos, pensé que soñaba!! , ¿Qué haces acá?
-          Vivo acá, en tu televisión! Muy lejos no puedo ir.

Leona suspiro, se había dado cuenta que era real, que lucesita no podía ir a ningún lugar, salvo que ella mueva la televisión.

-          Leona, tengo una pregunta para hacerte!
-          Si Lucesita pregunta lo que quieras!
-          ¿Es verdad que tenes miedo a las tormentas?
-          Bueno, eso no es tan así… - Leona se mostraba un poco inquieta, le daba vergüenza la pregunta.
-          Leona, te conocí con miedo a la oscuridad, que tengas otro miedo más no me asustaría y mucho menos me sorprendería. Los miedos son lo previo al disfrute a veces, siempre y cuando los soltemos a tiempo.
-          Lucesita, es cierto le temo a las tormentas! Pienso que pueden arrasar con todo y que en un segundo ya nada será como antes, el agua suele llevarse cosas que a veces ni sabíamos que estaban ahí. Hace un tiempo atrás, una gran tormenta, se llevo mi planta favorita. La arranco!

Leona le tenía miedo a las tormentas, solían incomodarla desde que era mucho más pequeña. Creía que ellas podían llevarse todo, sin embargo siempre esperaba que salga el sol o el arco iris, como un gesto de que lo peor ya había pasado. Sus padres habían intentado todo para que ella no siga poniéndose bajo su cama, pero no habían encontrado la manera.

-          Las tormentas surgen por una razón climática, pero también suceden por que hay algo para limpiar. O al menos así lo veo yo. He visto muchas tormentas, por que cuando eras pequeña y dormías con tus padres en las noches de tormentas. Yo quedaba encendida, ya que tu televisión se apagaba. Así que se mucho de ellas.
-          Es cierto, podes contarme de ellas Lucesita!
-          Las tormentas son fuertes, arrasan, pero también generan armonía.  Es como cuando estas triste y lloras, cuando terminas de llorar estas en paz. O Liberada. Acá es lo mismo, tiene que llover para que lo mágico y lindo del clima se haga presente. O no notaste que el arco iris se ve solo después de una tormenta? . Una vez que notas eso, ya esperas desde otro lugar. Nada es tan malo como parece Leona.

Lucesita conocía muchas tormentas, algunas se habían llevado plantas, otras se llevaron árboles, otras se han llevado papeles, y otras aun más fuerte han llevado cosas que serian difíciles de levantar. Pero también había visto muchos arco iris. En cierto punto siempre encontraba el lado positivo de las cosas.

Leona pensativa asomaba un poco por su ventana.

-          Quizás tengas razón, y no sean tan malas!
-          Obsérvala
-          Siempre que tememos a algo, finalmente termina siendo amigable, mírame a mí charlando con vos en plena oscuridad. Pero aun así el miedo nos paraliza.
-          Seguí observándola!

El agua golpeaba sobre la ventana de Leona, fuerte, ni una gota igual a la otra, los árboles se paseaban al ritmo del agua y la tierra tenia ese olor a humedad. Se sentía aun a través de la ventana.
Leona estaba empezando a conocer eso a lo que tanto le temía, sonreía por animarse.

-          Es rara, y jamás es igual, me aterraba, pero hoy al menos la miro, eso es gracias a vos!
-          Leona todo lo que suceda es gracias a vos!  El miedo es tu creación y el transformarlo también es tu propia creación.
-          Cuando sea grande voy a tener muchas historias para contar! ¿Vas a estar siempre no Lucesita?
-          Voy a estar el tiempo que tu televisión dure, y el tiempo que necesites hablar conmigo. Descansa Leona, es tarde!

Y Leona sonrío, apoyo su cabeza sobre su almohada, y nuevamente había podido contra un miedo.



Los miedos son esas tormentas que no nos animamos a mirar, y también son ese arco iris que viene detrás…