martes, 8 de diciembre de 2015

L E O N A - T O R M E N T A

-          Esta lloviendo, cerra la ventana a Leona la asusta!  - Menciono la madre de Leona.
-          Ya esta grande! – susurro su padre


Leona solía temerle a las tormentas, solía esconderse bajo su cama y esperar a que terminen, sin mirar por la ventana, sin mojarse jamás el rostro.

-          Leona, Leona, despierta!! 
-          ¿Quién sos??
-          Leona ya te olvidaste de mi, soy Lucesita. La luz que se enciende cuando no miras los programas de televisión!
-          Ahhhh. Sos vos, pensé que soñaba!! , ¿Qué haces acá?
-          Vivo acá, en tu televisión! Muy lejos no puedo ir.

Leona suspiro, se había dado cuenta que era real, que lucesita no podía ir a ningún lugar, salvo que ella mueva la televisión.

-          Leona, tengo una pregunta para hacerte!
-          Si Lucesita pregunta lo que quieras!
-          ¿Es verdad que tenes miedo a las tormentas?
-          Bueno, eso no es tan así… - Leona se mostraba un poco inquieta, le daba vergüenza la pregunta.
-          Leona, te conocí con miedo a la oscuridad, que tengas otro miedo más no me asustaría y mucho menos me sorprendería. Los miedos son lo previo al disfrute a veces, siempre y cuando los soltemos a tiempo.
-          Lucesita, es cierto le temo a las tormentas! Pienso que pueden arrasar con todo y que en un segundo ya nada será como antes, el agua suele llevarse cosas que a veces ni sabíamos que estaban ahí. Hace un tiempo atrás, una gran tormenta, se llevo mi planta favorita. La arranco!

Leona le tenía miedo a las tormentas, solían incomodarla desde que era mucho más pequeña. Creía que ellas podían llevarse todo, sin embargo siempre esperaba que salga el sol o el arco iris, como un gesto de que lo peor ya había pasado. Sus padres habían intentado todo para que ella no siga poniéndose bajo su cama, pero no habían encontrado la manera.

-          Las tormentas surgen por una razón climática, pero también suceden por que hay algo para limpiar. O al menos así lo veo yo. He visto muchas tormentas, por que cuando eras pequeña y dormías con tus padres en las noches de tormentas. Yo quedaba encendida, ya que tu televisión se apagaba. Así que se mucho de ellas.
-          Es cierto, podes contarme de ellas Lucesita!
-          Las tormentas son fuertes, arrasan, pero también generan armonía.  Es como cuando estas triste y lloras, cuando terminas de llorar estas en paz. O Liberada. Acá es lo mismo, tiene que llover para que lo mágico y lindo del clima se haga presente. O no notaste que el arco iris se ve solo después de una tormenta? . Una vez que notas eso, ya esperas desde otro lugar. Nada es tan malo como parece Leona.

Lucesita conocía muchas tormentas, algunas se habían llevado plantas, otras se llevaron árboles, otras se han llevado papeles, y otras aun más fuerte han llevado cosas que serian difíciles de levantar. Pero también había visto muchos arco iris. En cierto punto siempre encontraba el lado positivo de las cosas.

Leona pensativa asomaba un poco por su ventana.

-          Quizás tengas razón, y no sean tan malas!
-          Obsérvala
-          Siempre que tememos a algo, finalmente termina siendo amigable, mírame a mí charlando con vos en plena oscuridad. Pero aun así el miedo nos paraliza.
-          Seguí observándola!

El agua golpeaba sobre la ventana de Leona, fuerte, ni una gota igual a la otra, los árboles se paseaban al ritmo del agua y la tierra tenia ese olor a humedad. Se sentía aun a través de la ventana.
Leona estaba empezando a conocer eso a lo que tanto le temía, sonreía por animarse.

-          Es rara, y jamás es igual, me aterraba, pero hoy al menos la miro, eso es gracias a vos!
-          Leona todo lo que suceda es gracias a vos!  El miedo es tu creación y el transformarlo también es tu propia creación.
-          Cuando sea grande voy a tener muchas historias para contar! ¿Vas a estar siempre no Lucesita?
-          Voy a estar el tiempo que tu televisión dure, y el tiempo que necesites hablar conmigo. Descansa Leona, es tarde!

Y Leona sonrío, apoyo su cabeza sobre su almohada, y nuevamente había podido contra un miedo.



Los miedos son esas tormentas que no nos animamos a mirar, y también son ese arco iris que viene detrás… 


No hay comentarios:

Publicar un comentario