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ACEPTA Y SUELTA, lo que siempre me mencionaba el
universo… Realmente me ha costado, me ha
costado comprender que Alina formo parte de mi viaje, pero no del actual, sin
embargo entendí que esta realidad es la que tengo que vivir, así funciona!
Peu hablaba con su Abuela, solía
escuchar voces y creía que era ella, susurros del viento le recordaban charlas.
El sabia que ella siempre lo escuchaba.
Había pasado un tiempo desde
que no se reencontraba con el universo, sin embargo decidió escribirle una
carta.
…Querido
universo, has estado ocupado este tiempo supongo. Pero quiero agradecerte, agradecerte
por que me has enseñado mucho. Extraño el mar, pero comprendí que Alina fue
parte y que lo será siempre, pero que aun falta mucho mas por conocer.
Ya no
miro a las personas como desconocidas, encuentro nuestras similitudes aun en
las cosas mas pequeñas, mi madre piensa que estoy loco. Suelo pararme en algunos
negocios a hablar con gente y me río con ellos, puedo sentir eso de lo que me hablaste,
de las conexiones y de poder escuchar al otro.
Me levanto
por las mañanas, muchas veces no quiero, pero luego recuerdo que es un viaje, y
que si dejo que los ánimos o mal humores me alcancen puedo perderme de conocer algún
gran paisaje. Mi estadía es infinita pero a su vez es por un tiempo.
No voy
a mentirte, a veces extraño. Extraño nuestras charlas y muchas cosas mas, espero
que vuelvas y salir en la nave a recorrer. Pero supongo estas ocupado.
También
te cuento, que en el colegio tengo una compañera nueva, ella me gusta. Siempre dije
que Alina era mi amor, pero a veces creo que deberíamos simplemente dejar que
las cosas sucedan, sentir, disfrutar y no decir tanto. O no comparar tanto. Creí
que después de Alina el mundo iba a ser triste, sin el mar, sin ella.
Esta
niña es graciosa, me presta sus crayones y suele ayudarme en las lecturas que
mas me cuestan. En los recreos comparte sus galletitas con todos. Parece buena
niña. Hablamos poco, pero sonríe a mitad de la clase y me doy vuelta por que se
que esta sonriente.
Comencé
a ir a un club, eso también me pone feliz. Hago un deporte que me gusta,
basket, y me hice de muchos amigos. El entrenador nos da charlas lindas, a
veces me recuerda a vos. Los adultos cuando quieren son tan geniales. Y graciosos.
Pero entiendo que cuando llegan a ser adultos se concentran en otras cosas y se
olvidan de reír o jugar. Sin embargo mi entrenador es distinto...
Y Peu se quedo dormido sobre
la hoja.
Desde algún lugar el universo
ya lo había escuchado y sabía que todo eso que Peu escribió eran sus
sentimientos más honestos. Saber que estaba bien lo alegraba a la distancia.

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