sábado, 15 de octubre de 2016

INSPIRACION

El duelo de la inspiración, duelar eso que se hizo tan presente desde una corta edad, trayendo un sinfín de historias que jugaban y vivian en mi imaginación.
Cuando entre a mi blog, vi que desde el 3 de enero de este corriente año la inspiración no fue partícipe de él, sin embargo la conozco.
La he visto pasearse ante mis ojos cuando alguna frase celebre se arrimaba a mis oídos llamando su atención, deambulando en las noches cuando mi trabajo y mi día se hacía parte de mi sueño entero. Se asomaba, queriendo decir algo, diciendo: EY acá estoy, soy tu inspiración!
Sin embargo pretendo que sea solo un fragmento, que sea el duelo de esa corta inspiración, esa que no presencio estos 9 meses, esa que vago por las calles en caminos contrarios al mío, esa que se esfumaba al entrar en cualquier librería porteña, pidiendo ser más preciada que él mismísimo título del último libro de Weiss.
La oportunidad de ser inspiración, de ser mi nueva inspiración.

Llenar las hojas, llenar las carillas, o simplemente llenar ese espacio que tanto amo, el espacio de escribir. Mi espacio.

sábado, 2 de enero de 2016

R E E N C U E N T R O - ALINA Y PEU

Llego el verano y el mar bailaba para el sol, las olas subían y bajaban. Los niños y las niñas jugaban en la playa y Peu se encontraba en silencio mirando el mar. Peu ama el mar.
Sus ojos por momentos se cerraban, el sol lo molestaba, sin embargo seguía firme frente a las olas.
Comenzó a caminar y por momentos se salpicaba chapoteando en el agua. Sonreía, ese era su lugar favorito.
En cuestión de segundos vio a lo lejos una chica de espaldas que llamo su atención, la miraba tan fijamente que la chica volteo y lo vio.
Estaban a varios metros pero se reconocieron, Peu y Alina se vieron. Ha pasado un tiempo largo desde la última vez que se vieron. Y estaban ahí, en la misma playa.
Peu estaba muy nervioso, inmóvil. Solo la miraba, sentía que sus piernas temblaban y sus manos transpiraban. En cuestión de milésimas de segundos pensaba en que hacer, si salir corriendo a abrazarla o salir corriendo a su casa.
Y Alina, ella lloraba, lo miraba y comenzó a recordar todo…

Sus momentos en la playa, el abrazándola. Las meriendas sobre la lona. Las carreras hasta el mar. Recordaba hasta las carcajadas de Peu cuando le tiraba arena a ella…

Todo estaba en sus ojos en ese preciso momento, sin embargo no podía moverse. Sentía que había pasado mucho tiempo, que acercarse a él la confundiría aun más y que quizás volvería a irse amándolo y extrañándolo por mucho tiempo.
Los veranos sin él ya no eran los mismos, pero ya se había acostumbrado.

Peu comenzó a acercarse de a poco hacia el lugar donde se encontraba Alina parada, sin embargo ella no se movía. Las manos de Peu sudaban cada vez más, no quería perder de vista a ella. Tanto tiempo pensándola y ahora estaban en el mismo lugar. En el lugar que les pertenecía.

Llego hasta ella y la abrazo, la abrazo muy fuerte, ella no se movía, ni siquiera lo abrazaba. Peu lloraba y cada vez la abrazaba más.

-          Alina, soy yo Peu!
-          Lo se, se quien sos Peu.
-          ¿y por que no me abrazas, por que estas así?
-          Me siento así. Siento que verte hoy acá quizás no es lo mejor.
-          Pero yo estuve mucho tiempo pensando en vos, vine muchos veranos a esta playa. Y no te vi. Te busque Alina mucho. Y aun sigo sintiendo tantas cosas como aquel día en que nos despedimos. ¿Qué paso con vos?
-          El tiempo paso Peu, eso fue lo que paso. Llore mucho. Te extrañe mucho y aun teniéndote frente a mi te sigo extrañando. Aun así entiendo que el universo por algo nos separo.
-          Y por algo nos reencontró!! Alina soy yo!!
-          Peu, ya se que sos vos. Y cuando te vi el mundo se me dio vuelta en un segundo, llore y llore hasta que llegaste a mí. Me aterra saber que te vas a volver a ir, me aterra saber que puedo volver a sufrir, que puedo volver a extrañar tanto, que puedo volver a perderme pensando en vos.
-          Te ofrecería el mundo ahora, te diría que todas las estrellas que saldrán en la noche las pedí para vos. Y te regalaría la ola más grande. Pero hay algo que no puedo decir y es que sucederá mañana. No lo se y tu tampoco. Sabes que te sigo amando como aquel día. Solo puedo decir eso.

Alina tomo de la mano a Peu y caminaron hacia el mar. Peu la miro con sus ojos llenos de amor y le sonrío.
Ninguno de los dos sabia que pasaría, sin embargo decidieron caminar y dejar que el universo disponga de ese fluir.



Algunos le temen al amor y se cierran, otros aun sabiendo de que se trata extrañar, llorar, sonreír, soltar y perder se animan a caminar nuevamente…