Se subieron
a la alfombra y cerraron sus ojos como el abuelo había dicho aquella noche que
se las regalo, los dos sabían adonde querían viajar. El niño de altura elevada
casi de 1,80 y con manos pesadas y grandes y la mujer con estatura diminuta y
un chupete en su boca, ambos querían viajar.
Bolsos en
mano, abrigo por si en la noche refresca y grandes orejeras para proteger sus oídos. Comenzó el viaje les dijo la enorme alfombra,
y ambos sonrieron, sabían que después de los 5 minutos podían hablar y abrir
sus ojos, y a los 5 minutos puntuales ambos se tomaron de las manos y
comenzaron hablar de como seria ese lugar, de que lugar había elegido cada uno,
sin saberlo coincidieron, era una de las reglas que les había mencionado el
abuelo.
Ella una
mujer como pocas, obediente, atenta y hasta muy sabia, comenzó a contar sobre
su lugar:
-
Decido
volver porque creo que es un lugar adonde no había tanto ruido y alboroto, quizás
sea pequeño pero espero que los dos entremos, extraño oír voces que solo me
daban amor, extraño sentir el amor tan de cerca.
El un niño tímido, racional y revolucionario contó sobre su lugar.
El un niño tímido, racional y revolucionario contó sobre su lugar.
-
Yo
decido volver porque es simplemente el lugar de origen, y estoy comenzando a
volverme un poco loco acá, el amor que recibo no es igual y en las noches de frío
no hay nada que logre abrigarme como era allá.
- Ambos decidimos volver al mismo lugar, quizás porque acá nos contaminamos un poco como insinúo el o quizás
porque no podemos desprender.
Ahí adonde
hay amor puro es adonde mas seguros y tranquilos estamos.
Los dos
sonriendo sabían que ya faltaba poco para llegar, cerraron sus ojos y se abrazaron, el niño y la mujer,
ambos hermanos, de edades amplias y pequeñas pero de corazones puros y
memoriosos.
Se acerco
el momento una ráfaga de amor los invadió, un recuerdo sin dolor pudieron
sentir, una mirada silenciosa pero estable, una voz conocida y al mismo tiempo
desconocida, una caricia verdadera de esas que tanto extrañaron.
El niño y
la mujer habían elegido volver al vientre materno.
Cuando estamos
tristes, perdidos, desesperanzados, enojados y con mucho frío, hay un solo
lugar al que deseamos volver…
Dedicado a
todas las madres que tanto AMOR real nos dan.



