lunes, 26 de mayo de 2014

R E A L

Se subieron a la alfombra y cerraron sus ojos como el abuelo había dicho aquella noche que se las regalo, los dos sabían adonde querían viajar. El niño de altura elevada casi de 1,80 y con manos pesadas y grandes y la mujer con estatura diminuta y un chupete en su boca, ambos querían viajar.
Bolsos en mano, abrigo por si en la noche refresca y grandes orejeras para proteger sus oídos.  Comenzó el viaje les dijo la enorme alfombra, y ambos sonrieron, sabían que después de los 5 minutos podían hablar y abrir sus ojos, y a los 5 minutos puntuales ambos se tomaron de las manos y comenzaron hablar de como seria ese lugar, de que lugar había elegido cada uno, sin saberlo coincidieron, era una de las reglas que les había mencionado el abuelo.
Ella una mujer como pocas, obediente, atenta y hasta muy sabia, comenzó a contar sobre su lugar:
-          Decido volver porque creo que es un lugar adonde no había tanto ruido y alboroto, quizás sea pequeño pero espero que los dos entremos, extraño oír voces que solo me daban amor, extraño sentir el amor tan de cerca.

El un niño tímido, racional y revolucionario contó sobre su lugar.
-          Yo decido volver porque es simplemente el lugar de origen, y estoy comenzando a volverme un poco loco acá, el amor que recibo no es igual y en las noches de frío no hay nada que logre abrigarme como era allá.

- Ambos decidimos volver al mismo lugar, quizás porque acá nos contaminamos un poco como insinúo el o quizás porque no podemos desprender.
Ahí adonde hay amor puro es adonde mas seguros y tranquilos estamos.

Los dos sonriendo sabían que ya faltaba poco para llegar, cerraron sus  ojos y se abrazaron, el niño y la mujer, ambos hermanos, de edades amplias y pequeñas pero de corazones puros y memoriosos.

Se acerco el momento una ráfaga de amor los invadió, un recuerdo sin dolor pudieron sentir, una mirada silenciosa pero estable, una voz conocida y al mismo tiempo desconocida, una caricia verdadera de esas que tanto extrañaron.

El niño y la mujer habían elegido volver al vientre materno.


Cuando estamos tristes, perdidos, desesperanzados, enojados y con mucho frío, hay un solo lugar al que deseamos volver…


Dedicado a todas las madres que tanto AMOR real nos dan. 



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