El día era frío
y las nubes eran dueñas de un cielo claro pero oscuro al mismo tiempo. Los pájaros
buscaban refugio y los árboles se pintaban de hojas para no ser dueños de la
helada.
A lo lejos
se escuchaban niños jugar, gritar, el bosque era enorme, lleno de pinos y árboles
que a cualquier niño impactaban. Leona estaba entusiasmada con el juego, y
entre risas hablaba con sus dos amigos.
-
Ahora
cuento yo, vayan a esconderse, cuento hasta 100. 1, 2, 3, …. 100 , punto y coma
el que no se escondió se embroma!
Leona se metió
en el bosque, el Sol se hacia presente entre medio de las nubes, buscaba
robarles protagonismo y al mismo tiempo, iluminaba un árbol gigante y lleno de
hojas de un color bordo que con el sol iluminaban todo lo que estaba alrededor.
Leona caminaba hacia el, era diferente, se distinguía entre los otros. Caminaba
para llegar a él , quizás pensaba que sus amigos estaban detrás de ese enorme árbol …
-
Luli,
Felipe, salgan!! Se que están por acá!!
Solo escuchaba
las hojas del árbol, solo lo miraba a él, el tiempo pasaba y Leona no se
acercaba al lugar donde estaba Felipe y tampoco donde estaba Luli.
Los niños
salieron de sus escondites y llegaron al árbol donde Leona hacia minutos había
contado hasta 100, ya no los buscaba ella, ahora ellos la buscaban a ella.
-
Leonaaaa,
Leonaa!! Ya salimos, donde estas??
Y Leona seguía
su viaje hacia ese árbol que tanto la impactaba, esas hojas la habían
deslumbrado, ese árbol era todo lo que podía ver, se había perdido!
La noche se
acercaba y la niña seguía sin aparecer, los niños sabían que había pasado mucho tiempo, 30 minutos, y que
era peligroso que llegue la noche y Leona siga perdida, comenzaron a gritar mas
fuerte, buscaron a los padres y todos comenzaron la búsqueda.
-
Llegue!
(grito Leona) …Que bello eres, impactante, un gran árbol …
En ese momento,
cuando llego, Leona se dio cuenta que ante el impacto y la belleza de este árbol
se había olvidado de sus amigos, del juego, de lo que estaba viviendo hacia
algunos minutos, o horas. Y comenzó a gritar.
-
Chicos,
chicos, vengan!! No juego más!
Leona estaba
asustada, estaba perdida.
En ese momento
llego su padre y sus amigos, abrazo fuerte a sus amigos y les explico lo
sucedido.
-
Chicos
, perdonen, comencé a entrar al bosque y me deje llevar por la belleza del árbol
más grande y solo quería llegar a él, me deje llevar y me olvide que estaba con
ustedes jugando. Perdón!!
-
Te
perdonamos, pero nos asustamos, pensamos que no te íbamos a encontrar, cuando
estamos jugando o haciendo algo pensamos que vos también estas haciéndolo, el árbol
es lindo, pero somos tus amigos Leo! No lo hagas más. Teníamos miedo de
perderte!
Su padre se
acerco a Leona y le dijo:
-
Leona,
los chicos y yo estábamos muy preocupados, hay millones de árboles y cosas que
en la vida te van a llamar la atención, pero no por eso hija tenes que perder
la atención en el resto, en este caso podrías haberte perdido y si eso sucedía hubiésemos
estado muy tristes todos, me muero si te pasa algo. No lo vuelvas a repetir
por favor.
Luli la
miro a Leona y dijo:
- Leo la próxima que ningún árbol haga que te olvides de los demás, aparte en el bosque hay mucho más para mirar, mira ese pino chiquito!

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